"En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero." Theilhard De Chardin

17 de agosto de 2011

Waverly Hills, el sanatorio del terror




“La Peste Blanca”


Según los escritos antiguos, la tuberculosis, también llamada peste blanca o tisis, ya hacía estragos en la población desde el principio de los tiempos. Pero es el comienzo de la revolución industrial cuando la bacteria ataca con mayor brusquedad y aniquila a la cuarta parte de la sociedad europea.

La tuberculosis comienza en los pulmones y se extiende al resto de los órganos y los síntomas son la tos constante, fiebres altas, sudores y pérdida brusca de peso. El descubrimiento del bacilo de Koch fue el primer paso para la erradicación de la terrible enfermedad, pero no fue hasta el 1944 cuando aparecieron fármacos como la estreptomicina, descubriendo así la primera medicina eficaz. Así los enfermos fueron recuperándose y siendo dados de alta y los sanatorios fueron quedándose vacios paulatinamente.






Waverly Hills


Pero a principios del siglo pasado el incansable esfuerzo del hombre por encontrar la cura de esta enfermedad, llevó a los médicos a saltarse, en numerosas ocasiones, los códigos éticos. Un buen ejemplo es el antiguo sanatorio Waverly Hills en Louisville, Estados Unidos.


La pandemia de tuberculosis se cobraba miles de vidas pero los avances distaban de ser efectivos y sólo conseguían convertir en una tortura los últimos días de vida del paciente. Los lugares marcados con un tinte de sufrimiento y desesperación son más propensos a generar una actividad paranormal más fuerte que en otros lugares. Este viejo sanatorio impregnado de leyenda es sin duda uno de los lugares más favorables para desarrollar este tipo de fenómenos.




Historia

Waverly Hills pertenecía al mayor Thomas H. Hays desde 1883, quien construyó una escuela para sus hijas. La profesora llamó al centro Waverly School por la novela Waverly de Walter Scott de quien era una gran admiradora. El mayor quedo encantado con el nombre y llamó a sus tierras Waverly Hills. 


Más tarde la Junta Nacional de Tuberculosis compró el terreno y construyó el sanatorio. Al principio solo hospedaba a 50 enfermos con cuidados específicos y mayor atención, pero el azote de la peste blanca aumentaba y hubo que ampliar sus instalaciones.  Se vuelve a inaugurar en 1926 y comienza la leyenda.





Enfermos de todos los rincones de EE.UU, y algunos europeos, acudían al sanatorio atraídos por su buena fama. Se pagaban grandes cantidades de dinero con la esperanza de sanar a sus familiares. Pero se ejerció una presión hacia los médicos, enfermeras y gestores del hospital al no observar resultado alguno. Esto llevó al personal del lugar a aplicar nuevas terapias que más bien parecían torturas carcelarias; pacientes expuestos varias horas a grandes lámparas de rayos ultravioleta, niños a los que se les aplicaba nieve en el pecho…





Pero lejos de curar a los pacientes o al menos paliar los síntomas, estas terapias innovadoras no solo empeoraban la enfermedad si no que algunos enfermos fallecían de otras dolencias como la pulmonía y padecían otras enfermedades como afecciones de piel.




Los muertos comenzaban a multiplicarse, las bajas ya no se debían únicamente a la tuberculosis, los macabros experimentos que se practicaban allí estaba acabando más rápido con los enfermos que más bien parecían animales de laboratorio. Al aumentar tanto el número de cadáveres se inventó una forma de sacarlos de allí sin que los demás enfermos los vieran y así evitar que mermar su ánimo más de lo que estaba. El sistema consistía en un túnel con raíles y una carretilla donde montaban a los cuerpos y los sacaban del sanatorio por la puerta de atrás, en una procesión de cadáveres que habían encontrado la muerte al ir a buscar su última esperanza a Waverly Hills.





Pero también el personal era víctima de las aberraciones que se cometían entre sus paredes, muchos empleados se quitaron la vida por la presión moral a la que eran sometidos. La habitación 502 era la maldita, en ella dos enfermeras se quitaron la vida, una ahorcada y la otra se lanzó por la ventana.

 



El sanatorio se cerró en 1961, la tuberculosis, los experimentos y la desesperanza se cobró la vida de más de 60.000 personas en este macabro lugar. Pero el antiguo sanatorio no dejaría de generar leyendas, se rehabilitó y se convirtió en residencia de ancianos pero los supuestos malos tratos y algunas muertes extrañas marcaron definitivamente el lugar que fue clausurado en 1980.





Ya cuando era geriátrico se hablaba de supuestas apariciones espectrales y sucesos paranormales. Los lugareños de la zona afirman que se ven sombras deambular por los grandes ventanales. Pero en el elevador de cadáveres es donde más actividad paranormal hay: presencias fantasmagóricas, sombras, ruidos, sensaciones extrañas… Todo un enclave del misterio.





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Fotos:

oxfordparanormalsociety.com

laspirits.com

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