"En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero." Theilhard De Chardin

21 de abril de 2013

Películas malditas


Por todos es sabido que hay películas que ponen los pelos de punta, pero si esas cintas además poseen un historial de sucesos extraños entre el reparto y el equipo fílmico, a esta película se la señala rápidamente como “película maldita”. Muertes tempranas y en extrañas circunstancias, desaparición del material de rodaje, lugares de grabación malditos o incluso contaminados radiactivamente, son algunas de las causas que tiñen de misterio algunos de los filmes más famosos de terror que conocemos, incluyendo otros géneros cinematográficos como cine bélico, de aventuras o incluso comedia.


Siempre se ha comentado que en las películas relacionadas con el diablo, este siempre tiene algo que decir. Un claro ejemplo son las películas Rosemary’s Baby (1968, La semilla del diablo en España), El exorcista, y La profecía. En la primera se habla de la similitud o la posible relación entre el argumento de la película y el asesinato de la esposa del excéntrico director Roman Polansky, la actriz Sharon Tate. La mataron salvajemente durante una fiesta en su domicilio de Beverly Hills. Tate, que estaba embarazada de ocho meses, recibió dieciséis puñaladas, de las cuales once fueron a manera de tortura y cinco de ellas, mortales de necesidad. Murió desangrada y posteriormente la colgaron del techo junto a Jay Sebring, uno de sus invitados. Sus otros invitados, Abigail Folger y Voytek Frykowski, fueron apuñalados en los jardines exteriores de la mansión. Se ha especulado mucho sobre el móvil de este crimen, que aún hoy no está demasiado claro. En principio se dijo que la elección de la casa había sido casual. Se sabe que Manson ya había estado en aquella mansión por lo menos en dos ocasiones.



El posible móvil de la masacre fue el rodaje de la película ya que el director había sufrido amenazas de grupos esotéricos de la época a causa del rodaje, ya que trataba un tema polémico como era la práctica del satanismo entre las personas de la elite estadounidense y el advenimiento de un hijo del diablo. Pero también existe una teoría la cual afirma que el ataque pudo tener como plan asesinar al productor musical Terry Melcher y su novia Candice Bergen antiguos propietarios de la mansión. Manson pensaba que Melcher lo iba a ayudar a lanzarse en la industria musical pero este lo rechazó, esto provocó la ira de Manson que mandó a sus seguidores a asesinarlos, por lo que pudo ser un terrible error.

El exorcista (1973) es otro ejemplo de película maldita, una serie de accidentes ocurrieron en el rodaje de la producción de la película. Se incendió uno de los sets de producción, lo que provocó el retraso de la filmación por seis semanas, se velaron rollos sin razón aparente y una serie de accidentes laborales involucraron a distintos técnicos del rodaje. Tanto antes como poco tiempo después del estreno de la película, fallecieron varios familiares de los actores y también el actor irlandés Jack MacGowran, tras filmar la muerte de su personaje en el filme. El director llamó incluso a un sacerdote para que diera su bendición a todo el equipo de producción del filme. Personas afines a círculos satánicos presionaron al realizador para que abandonara el proyecto e incluso, la Iglesia católica reprobó algunos pasajes del guion por su tono blasfemo.


La actriz Ellen Burstyn, en la escena donde su hija poseída la lanza lejos contra el suelo cae de verdad y el grito de dolor que suena real. El arnés que la tenía sujeta, tras varios intentos, le dio un tirón más fuerte de lo que debía, y cayó violentamente al suelo provocándole una lesión espinal permanente. La misma actriz se negó a pronunciar la frase “Creo en el diablo”, ya que ella como muchos del elenco creía que no se debía jugar con el diablo si no querían sufrir las consecuencias. Consecuencias que finalmente terminaron apareciendo.

La profecía (1976)  junto con Rosemary's Baby y El exorcista, es una de las pocas producciones cuya calidad trascendió el género de terror sobrenatural. Pero también tiene en común una trama diabólica y su consecuente maldición. El actor Gregory Peck y el productor ejecutivo del filme Mace Neufeld fueron alcanzados por un rayo cuando volaban a Inglaterra, lo curioso es que cada uno iba en un vuelo distinto. Un restaurante al que Neufeld y Peck fueron a comer en Inglaterra fue bombardeado posteriormente por el IRA. El estudio contrató un avión para tomar fotografías aéreas de Israel, pero finalmente optaron por un avión de línea de la compañía. La aeronave no logró despegar y todos sus pasajeros fallecieron.


Un empleado del zoológico que estaba ayudando al estudio de filmación con animales peligrosos fue devorado por los leones. El viernes 13 de agosto de 1976, un artista de efectos especiales, John Richardson, tuvo un accidente en Holanda mientras trabajaba en Un puente demasiado lejano. El coche de Richardson estuvo involucrado en un accidente grave en el que  su compañera murió decapitada, de una manera similar a la muerte de David Warner en La profecía.

Seguimos con el género de terror, Poltergeist (1982) y sus dos secuelas (1986 y 1988). Como todos sabemos la trama gira en torno a una inquietante casa familiar en la que suceden fenómenos poltergeist. La maldición de esta película, en cambio, se basa en una serie de muertes entre el reparto.


Un total de cuatro protagonistas fallecieron entre las tres partes, incluyendo a la niña rubia de mirada inquietante Heather O'Rourke, Carol Anne en la saga que murió a los 12 años, tras sufrir un paro cardíaco y un shock séptico después de una obstrucción intestinal, posiblemente a causa de un defecto de nacimiento, posteriormente diagnosticado como enfermedad de Crohn. La actriz falleció el 1 de febrero de 1988, antes de que el rodaje de la tercera parte de la saga terminara. Dominique Dunne, Dana (la hermana mayor), también tuvo una muerte temprana al ser estrangulada por su pareja a los 22 años. Julian Beck, el reverendo Kane en la segunda parte, murió en 1985 por un cáncer de estómago, poco después de terminar el rodaje. Y por último, Will Sampson, que interpretó a un brujo llamado Taylor en la segunda parte, murió en 1987 por complicaciones durante el postoperatorio en un trasplante de corazón y pulmón.

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