El Teatro
Novedades fue un famoso teatro madrileño construido en 1849. El teatro fue
pasto de las llamas y destruido el 23 de septiembre de 1928. En el trágico
suceso fallecieron 80 personas y más de 200 resultaron heridas.
El Teatro
Novedades en 1928 era uno de los más antiguos de Madrid. A mediados del s. XIX,
en el solar que más tarde ocupó el teatro, había un cuartel de caballería que
ya estaba casi en ruinas. Eliminadas las ruinas del viejo cuartel, se construía
allí el Teatro Novedades, inaugurado el 13 de septiembre de 1857.
En la época se
comentaba que era uno de los teatros más lujosos de Madrid. Su patio de butacas
era uno de los más grandes de la capital. El anfiteatro estaba en la planta de
la entrada general, que se prolongaba a ambos lados por un pasillo elevado que
cubría los palcos y en el que había algunas filas de asientos perpendiculares a
la pared del escenario. La sala tenía tres entradas, el vestíbulo, que era una
especie de túnel, se comunicaba con un segundo vestíbulo donde estaba el bar.
Había otro vestíbulo lateral separado por una verja del que partía una estrecha
escalera, que comunicaba con un pasillo circular. Las entradas a la sala desde
este pasillo eran tres, dos de ellas laterales. Tenía otra entrada de accesos
al escenario, fosos de la orquesta y camerinos.
En él se
representaron todos los géneros, lírico, dramático y, sobre todo, la zarzuela. Con
el tiempo, el coliseo fue perdiendo el lujo de la decoración inicial, el
terciopelo de sus butacas, los dorados y colgaduras, a pesar de que la prensa
de su tiempo pedía su renovación, especialmente después de un par de conatos de
incendio, anteriores al que significó su desaparición. Incluso en 1906 cerró durante 11 días por orden del Ayuntamiento para que renovara la instalación eléctrica.
Llegando a las
21:00 del fatal domingo 23 de septiembre de 1928, en el Teatro Novedades transcurre
la representación del sainete ´La mejor
del puerto’. La obra está a punto de acabar y el jefe de los tramoyistas se
dio cuenta de que la decoración estaba ardiendo y mandó arrojar al suelo la
decoración incendiada para evitar su propagación, pero tardaron demasiado y las
llamas ya habían saltado al techo del escenario. El decorado comenzó a arder y
también el telón, momento en el que los espectadores advirtieron el fuego. Una
llamarada salió hacia el patio de butacas cundiendo el pánico entre los
asistentes a la obra, que salieron en estampida hacia la salida. La corriente
de aire y el tiro que se creó al abrir puertas y ventanas detrás del escenario
y en la sala, avivó el fuego.
El director de la
orquesta pidió a los músicos que tocasen para tratar de calmar al público, pero
el telón cayó en llamas sobre los miembros de la orquesta que tuvieron que
ponerse en salvo inmediatamente. Algunos se descolgaron desde los palcos y el
anfiteatro al patio de butacas, deslizándose por las columnas hasta caer sobre
los grupos de la gente que huía o sobre las butacas resultando gravemente
heridos. La rápida propagación de las llamas podría haber sido frenada si se
hubiese bajado el telón metálico del que disponía el escenario, pero el mecanismo
para accionarlo se hallaba en la parte delantera del escenario y el incendio
empezó en la parte posterior, los operarios no pudieron pasar para bajarlo.
El fuego se
propagó por la estancia convirtiendo las butacas en parte de la hoguera,
también las vigas, el suelo de madera, el techo y toda la sala, el techo del
teatro comenzó a venirse abajo. Los rezagados en la huida caían al suelo a
consecuencia del monóxido de carbono.
Los que se
encontraban en los asientos más elevados, fueron los primeros en fijarse en las
señales del fuego y trataron de huir los primeros provocando un tapón en las
salidas que impidieron el paso a los espectadores de las butacas. Los primeros
que pudieron salir por la puerta trasera fueron los actores, salvándose todos.
Después del
incendio se declaró que la construcción del Teatro Novedades era la responsable
de que se hubiera propagado el fuego tan rápido y de que se derrumbara con
tanta facilidad. El local se hizo a tramos, adquiriéndose trozos de las fincas
colindantes. Algunos de los muros del inmueble tenían más de un siglo, cuando
las estructuras se hacían de madera. El escenario también era completamente de
madera, además una madera vieja y seca. Así se explica que en menos de una hora
el teatro fuese devorado por las llamas. Además, las estrechas escaleras de
acceso a los pisos superiores eran auténticas trampas mortales.
Cuando las
autoridades procedieron a entrar en las ruinas del destruido teatro, vieron una
escena espeluznante, la escalera estaba literalmente taponada por un cúmulo de
cadáveres, unos encima de otros. Algunos cadáveres estaban agarrando el pelo de
los que tenían delante, otros aparecían fuertemente cogidos a las barandas de
la escalera. Se sabe que el pánico fue la causa de tantas muertes, porque la
escalera donde aparecieron muchos de los cadáveres estaba intacta y el fuego no
la había casi afectado.
Según un testigo,
el origen de la multitud de cadáveres en la letal escalera fue una persona coja
que llevaba una muleta y que al intentar escapar, cayó al suelo. La muleta se quedó
atravesada en la escalera y los que iban detrás tropezaron, cayendo unos sobre
otros formando fatídico tapón que sesgo la vida de los que quedaron allí atrapados.
Existen historias
horribles y curiosas como la de un espectador que fue al baño, desconociendo lo
que sucedía, en el mismo momento que se inició el incendio. Cuando quiso salir
se lo impidió la muchedumbre de gente que se apretujó delante del servicio
atrancando la puerta. Se quedó dentro por obligación y cuando pudo salir, lo
hizo por encima de un montón de cadáveres. Un tramoyista que ya había conseguido
ponerse a salvo en la calle recordó que se había dejado la chaqueta con 30
duros en el bolsillo, por lo que volvió al teatro por detrás, está vez no logró
salir y murió carbonizado.
Más horrible es la
historia de un hombre que tuvo que ver como morían su esposa, su hermana, su
cuñado y cuatro hijos víctimas de las llamas, sin poder resistir la
desesperación sacó un revólver y se pegó un tiro en la cabeza. Otra mujer
consiguió escapar con sus dos hijos por el tejado de una casa contigua, pero
desgraciadamente, se hundió el techo y quedaron enterrados en los cascotes. Se
conocen dos casos de personas que perdieron la cordura por la impresión de la catástrofe.
Muchas vidas se
salvaron gracias al acomodador del teatro, que estaba en una de las puertas de
salida y ayudó con mucha serenidad a que salieran correctamente los espectadores.
Fallecieron en el
incendio 67 personas, más tarde el número de víctimas mortales llegaría a 80. Todavía
hubiese podido ser mayor el número de víctimas, si el patio de butacas hubiese
estado completo, pero sólo había 10 filas completas, lo que impidió que la
catástrofe fuese aún mayor.
Fuente: www.gorgas.gob.pa
Fuente: www.gorgas.gob.pa
Inendio Teatro Novedades
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